Solo un proceso de cambios sociales y políticos profundos o la "hermana muerte", le permitirán escapar a sus tristes condiciones de existencia.
SALUDAMOS PUES:
A las "esclavas" de las labores domésticas cotidianas, que con sus escasas energías y su incesante activar, "prenden" y mantienen viva la maquinaria familiar, como un sol que irradia luz, calor, paz, sosiego y bienestar al colectivo familiar. Un día no muy lejano se liberarán integrándose al trabajo productivo, y a la brega por una sociedad donde prevalezcan la igualdad y la justicia.
A las obreras domésticas, excluídas de los beneficios sociales y con salarios muy por debajo del salario mínimo oficial, que desarrollan su existencia en condiciones semejantes al "trabajo esclavo", sin provocar sonrojo en los hombres y mujeres de las capas medias y altas de la sociedad, que les niegan no solo el acceso a una vida digna, sino un mísero seguro médico que le permita accesar a servicios del primer nivel de atención..
A las trabajadoras sexuales, violentadas, golpeadas y explotadas por la misma sociedad que usa sus cuerpos, para el placer y el negocio, mientras las esclaviza con la complicidad de las autoridades policiales, judiciales y el silencio de una sociedad, que condena al destierro social a estas pobres victimas del sistema, que viven y mueren, violentamente en elmayor de los casos, y siempre en condiciones de pobreza extrema.
A las trabajadoras agrícolas que sufren la doble explotacion, del marido y de los propietarios de la tierra, que no les reconocen ni siquiera el derecho a un pago digno, mientras estas arañan la tierra con sus manos, con tal de llevar un mendrugo de pan, una rabiza de plátano o un "culito de yuca", a los hijos hambrientos que solo cuentan con las escasas fuerzas de su madre, para tener acceso a un bocado de comida, mientras el terrateniente ahito de dinero y poder, totalmente deshumanizado, esta dispuesto a arrancarle la vida con tal de obtener algún beneficio adicional.
A las "dementes" que deambulan por las calles y avenidas empujadas por una sociedad injusta y criminal que les niega un albergue o asilo donde puedan morir con dignidad.
A este conjunto de personas, humanas y tan dominicanas como Ud., dedico estas notitas, en el entendido que "NO HAY MAL QUE DURE CIEN AÑOS, NI CUERPO QUE LO RESISTA".
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