Lecheria es una pequeña comunidad bateyana, situada un poquito al suroeste de la ciudad de Villa Altagracia, perdida en las viejas tierras del Consejo Estatal del Azúcar, hoy sembradas de naranjas, igual de ajenas que la caña de azúcar que ayer cortaba y acarreaba el trabajador dominico haitiano, con el mismo afán que hoy recoge las chinas, recibiendo a cambio un bajísimo jornal y en condiciones de trabajo inhumanas que prohíben, so pena de cárcel, tomar las naranjas podridas del suelo, aunque represente la única comida del dia.
Se llega al batey, cruzando un pequeño badén sobre el rio Haina, pequeño, dócil, tranquilo, diferente al gran rio que aguas más abajo va a desembocar al mar y cuya ría sirve de marina y muelle a los gigantescos barcos que vierten su carga en la comunidad de Haina. Un camino estrecho de tierra y lodo que se desliza en un túnel de acacias que situadas en líneas rectas a ambos lados, delimita las tierras de los nuevos dueños de los viejos campos de caña. Es un verdadero “paso de servidumbre”.

El plan se inicio en Lechería: Se construyeron casitas modelos de cemento y madera, techadas de zinc, un parque, un salón multiuso, un minicomplejo deportivo, pero no se destruyeron los viejos y destartalados barracones, elementos comunes a todos los bateyes. Tampoco se les dio oportunidad de acceso a las nuevas viviendas a todos los pobladores de la comunidad.
Hoy lechería tiene dos caras: una “moderna” y otra “tradicional”. Sin embargo sus pobladores siguen “viajando” detrás de las “huidizas” fuentes de trabajo…. O medrando a la sombra, mientras esperan la cosecha de china y sus jornales de miseria….y el peligro de “caer preso” si se atreven a tomar una china podrida, para mitigar el hambre.
La multiparidad y los embarazos y partos en la adolescencia son de los males comunes que afectan a Lecheria.
A la hora de almorzar, hay que almorzar: La niña de la foto utilizando su manita come, sentada en el suelo.


El niño, “busca” algo en el suelo mientras termina de comer su mango.
Junto a los medicamentos y metodos reciben literatura escrita en espanol y creol, para facilitar los mensajes educativos y los instructivos para el uso adecuado de los medicamentos que reciben.
Volveremos en 7 semanas.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario