Queridas maestras y queridos amigos maestros:
Ayer cumplimos un día más y, como era de esperarse, no fue nada especial, como de costumbre, aunque eso ya lo sabíamos, por supuesto. Pero siempre pienso en Aníbal Ponce a propósito de nuestros cumpleaños, por la vida que llevamos, quizás. Por eso les dejo con uno de sus texto, mismo que me ayudó mucho cuando forjé, junto al maestro Tommy Peña, la escuela primaria que hoy lleva su nombre, en la comunidad de Manganagua. Espero que lo disfruten.
Sin otro particular, descansemos en paz.
Fernando de la Rosa.
Anibal Ponce
El verdadero educador -continúa después- debe tener además una fe viva en lo divino de los principios fundamentales de la conciencia. El sol de su fe en los valores eternos no le permite nunca desalentarse, sino esperar siempre. ¡Qué sentimiento, aparte del religioso, podrá ser más conveniente que éste para el educador que tantos contratiempos tiene que arrostrar! Conducir al hombre, como portador consciente de los valores eternos, a un sentido de la vida, equivale a erigirse en instrumento del Eterno para la realización de dichos valores.
Un apóstol sufrido y candoroso que soporte tranquilo la miseria y el hambre, porque cuanto más hambre y miseria más diáfano será el apóstol, he ahí un ideal que la burguesía tiene particular interés en difundir. En directo contacto con las masas populares sería peligroso que el maestro llegara a comprender que también es un obrero como los otros, y como los otros, explotado y humillado. ¡Qué procedimiento más refinado, en cambio convertir su propia miserable situación en la virtud más excelsa de este venerable instrumento del Eterno!
Pero que no se le ocurra al instrumento venerable del Eterno pronunciar la más mínima palabra que contraríe los intereses de los amos. La reacción más brutal caerá de inmediato sobre su cabeza, y si el candor que es su virtud no ha hecho de él irremediablemente un pobre diablo, comprenderá recién todo lo que había de falso y miserable en las adulaciones intencionadas de que había sido objeto.
Aníbal Ponce Argentino, (junio 1898- mayo 1938). Ensayista, Psicólogo, Profesor y político.
Muy joven se dedicó a la investigación en Psicología, siendo uno de los pioneros en la Argentina. Fué compañero de José Ingenieros con quién funda y dirige la Revista de Filosofía, haciéndose cargo de la dirección al morir Ingenieros en 1925.
En 1930 funda el Colegio Libre de Estudios Superiores, en cuya publicación Cursos y Conferencias se publicó, en varios números, “Educación y lucha de clases”, obra fundamental. En 1935 se vincula al Partido Comunista de la Argentina y visita la Unión Soviética. Poco después funda la Asociación de Intelectuales, Artistas, Periodistas y Escritores (AIAPE), de la que es su primer presidente.
Su identificacion con el Marxismo lo lleva a exiliarse en México, donde dicta cursos de psicología, ética, socilogía y dikaléctica, en distintas universidades, sin dejar su militancia política. Se une a la Liga de Escritores y Artistas Revolucionarios de México (LEAR).
En 1938 un accidente de transito le deja heridas internas que no son descubiertas a tiempo, causándole la muerte, con apenas 40 años de edad y en plena producción intelectual.
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